Tan quieto, tan vivo…
Deambulo
igual que un pájaro
subido al alambre del teléfono
haciendo equilibrios
para sobrevivir
en un mundo de hombres,
de invenciones obscenas
y bocas pútridas,
lanzan estulticia y sancocho
subo a las pirámides de la ciencia
hablo a los dioses muertos
y clamo por el impoluto alma azul
ese que escondido está tras mi espalda
acechando con la hoja templada
siseo entre los cuerpos veloces
que me atraviesan con sus miradas ciegas
en las calles inmunes al dolor
oliendo a quebranto, a ilusiones de neón,
de plañideras de plata sucia
esquivo las saetas lanzadas al cuco
quiebro el cable bajo mis pies
y desciendo para escupirles al rostro
sin temer, apenas una libertad inventada
Ponme otro bourbon ardiente
escojo tus labios para sentir
son rojos como la sangre de la juventud
están casi inmaculados, esculpidos
con los mimos de un hacedor de historias
sube el volumen, niño, grítole al barman con palomilla
está adormilado con el humo de la maría
nada puede hacer, es su trabajo, asiente encogiendo los hombros
no hay jabón en el lavadero
y los ojos se derraman de un mar insensato
y cruel, generoso en sal añil
y en sentencias sobre un mímico en el plasma
y no nos importan los años, ni la quietud de la tarde
y frotamos las manos cual si fuéramos a contar un caudal
venga chica súbete las faldas
esta vez vamos hasta dónde lleguen tus medias de colegial
veremos al catedrático parpadear
en clase de física molecular
al sentir el crujido de tus vestales pantorrillas
cuarenta grados a la sombra de una etiqueta oscura
cuarenta años mayor que la vida
cuarenta días hasta bajar al cadalso
cuarenta sirenas que reniegan al amanecer
hay un libro sobre la mesa, un corredor de fondo descansando
de una noche de insomnio
otras tantas tabletas vacías de pastillas desgranadas
unas hojas arrancadas donde yace tu nombre desperdigado
el ronroneo de una araña de vellos azabaches
y la caricia añorada de una viuda negra
Gritan varios uniformados abajo en la calle
corriendo tras chicos de escultórica forma
que escapan de sus porras, de sus grilletes
y de su buena intención
vivo en éxtasis, en quietud eterna, entre los escombros
de tus besos
vivo en la fábrica abandonada donde describías tus sueños
relamiendo el cine sin película
vivo reflejado en una pantalla de casas viejas
vivo aquí y no espero nada a cambio
ni quiero tenerte en mis brazos,
ya no creo en los milagros
jajaja, pon la última chiiico, la tienda va a cerrar
y tengo que tomar la bala de plata
antes del amanecer
no me veo en el espejo
no comprendo, la luz es fuerte
mi cuerpo está vivo, creo entender
no me veo en el mar
no comprendo, el índigo es tan intenso
mi cuerpo le pertenece, creo saber
búscame entre las costuras de tu vestido,
entre las líneas que no escribí
y en ese espacio tan sencillo
donde un día me descubriste haciéndote el amor.
Una ñoñería tan pequeña
que incluso los niños juegan a ser mayores
para poder saborearla
pero sin dejar de vivir su inocencia,
te espero tras el cristal plateado, allá donde siempre
nos escabullimos para sestear
en las vespertinas luces de la tarde…
©SantiagoPabloRomero.Bluesman.
Imagen:JacqParo.
Music: Whisky-BluesVol10