sábado, 28 de septiembre de 2013

Quietud…

Quietud…

Corre, corren, disertan en el ojal
Entre los dedos torpes,
Escapa el abotonado de su camisa
Harapo raído de un sutil perfil de dandi
De sonrisa generosa.
Aprieta, aprietan, el paso en el redil
Entre los rieles de un traqueteo metálico
Espantados de un tumulto
Corroído de ciudad, sucia excrecencia
De triste melancolía.
Quieto, quietud, diligente porta en sus hombreras

Caídas, desaliñada figura enclenque
Asociando vuelos de golondrinas
Estaciones inciertas,
Y dentelladas al aire, para gozas la llovizna.
Silencio, silente es su voz
En el mundanal ruido creciente
De una mañana preñada de prisas sin tiempo
Esquizofrénicas caras lo desprecian
Porque saborea cada paso, lento, sinuoso.
Quinientas rupias de arroz
Y azafrán, un orbe de algodón de azúcar
Un breve apeadero del éxodo
Viaje interior hacia el lado del río que piedras
Cincelan su romo canteo, para rodar sin tropiezos.
Unas perlas inexistentes
En el ardor guerrero, esquivo del día a día
No relucen, sus párpados cerrados oprimen la luz
Desbaratando las pequeñas formas
Disueltas entre los verdaderos aconteceres.
Separado de la algarada
Esculpe un proceder sabroso de pequeños bocados
Un rumiar delicado, entre tallos emergentes
Húmedos sus pies, ha llovido, su boca dibuja la media
Y su pecho henchido grita sin voz, se sabe reconocido.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Intentaré explicarme algo inescrutable…

Intentaré explicarme algo inescrutable…

En el horizonte dos energías deambulan
Acercamiento lento, verano del sortilegio
Instante cero, lanzamiento, big bang, fusión
Momento uno, del delicado son a la pasión
Deflagración de almas en ebullición abnegada
Entre los raudales multicolores, un brillo sutil
Un mar de reflejos nos acoge, nos muestra
Y las melodías tan preciadas, enmudecen
Para hacer coro a nuestro amor, sin equívocos.
Rueda la noria sin miedos, cargada de fluidos
Tres, cuatro, cinco, y en un altar nos cogemos
Entre dedos sinceros, con errores y aciertos
A dedicarnos y reconocernos, acertar y errar,
Balanceando los males y bienes, venideros
Descubriéndonos las fisuras, fundiéndonos más

A cada paso, a cada fallo, a cada titubeo,
Avivando los rescoldos cuando la llama titile
Arribando en puerto, entre velas rasgadas,
Hilando fino, trenzando maromas, arreciando
Céfiros que tronarán y desecharán tiempos,
Mas todo cuan Penélope con su Ulises,
Remando, deshilando, vulnerando las normas.
Y reflejándonos en las grandes victorias,
Aislando las vencidas en los repisas aprendidas
Catando el regusto de lo reparado y sentido
No tirando por la borda nada que buen uso dé
Pues nunca se sabe de la beldad en la perdida.
Nuestra primera flor, encandila el parterre,
Azabache su crin, y por pupilas, esmeraldas.
Subiendo el río, sazonando con sal y pimienta
Los rincones del orbe que nos inunda sensible
Llega la cíclica lisonja, de unas teselas de cielo
Tomé para alimentar su mirada y bellos son
Envidia de los ángeles de nublada visual posan.
Los girasoles se tornaron dorados,
Mientras de mis sienes pintan canas,
La sigo mirando y mi sombra fiel compaña
Juntamos las manos, para poder deletrear
Los cíclicos momentos vividos, casi apurando
Mas no nos importa, sigo viéndome en sus ojos
Y me dice que se siente en los míos, le sonrío
Mientras guiño, para poder sentirla danzar
En el licuado ardor de mis niñas obnubiladas.
Igual un día falla, mas no bajaremos los brazos

Nos daremos palmas, y seguiremos danzando.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Estrellas de polvo, junto a la pétrea huella…

Estrellas de polvo, junto a la pétrea huella…

Se despereza la señora noctívaga
Plateando sus aledaños
En el rompiente del alba.
Desdibujadas las luces imaginarias se ciernen
Sobre el horizonte
Usurpador de miedos, limitadora de sortilegios
Que atenazaron a nuestros ancestros.
Hombres que escuchan las mariposas aletear
En el vientre profundo
De su desconocimiento o superstición.


De vuelta a cuadrar el círculo de la eclíptica
Saboreando la estrecha narración,
Entre dioses y hombres,en brazos de la aurora
Perdímonos en hilos áuricos, evidencia del ser.
Y mientras él, lento, parsimonioso,
Eleva su rostro sin temer, sin urgir el paso
Iniciando el viaje al interior del túmulo
Cuan estómago portador de almas, iniciando
Atrincherando los miedos, quebrando la nueva
Pues la noche crece, la luz declina
nosotr@s volvemos al polvo, silencio suena.

El peto rojizo de su luz, se desdibuja
En los ortostatos a la vez que sus moradores
Cincelan su pleitesía admiradora, su idolatría
Con una leve inclinación de sus torsos,
Incluso de ello se cuidaron, todos al irrumpir
Habrán de bajar su cabeza ante el inmenso.


viernes, 20 de septiembre de 2013

Todo Sigue Igual, Todo Crece, Todo Se Transforma…

Todo Sigue Igual, Todo Crece, Todo Se Transforma…
Nacarada es su mirada
De pulida estela en concha de mar su casa
Desligada su estela de licuada huella.
Han llegado a la playa,
Con sus manos endurecidas y el vientre vacío
No más, un increíble sueño de vida.
He partido mi pan seco
En tres migajas sin ornamentos ni acicalados
El fuerte brillo de sus azabaches ojos, satisfechos.
Palpitar se tornan sus sonrisas de marfil
En un mundo infecundo, egoísta, y cruel
Donde el mar se transmuta en sal y ahogo.

Hora de amanecer en rudimentarios aceros
Sujetos entre grilletes, rotas las quimeras
Y un número tatuado en la conciencia.
Rumio cuan si hartazgo de hiel fuera
Mi estómago anegado
Mientras los dedos acusadores, impío, corean.
Sabandijas preñadas de desmanes
Han insuflado en su piel hacinada en reclusión
En el contrapunto del derroche.
Padres recorren las calles, sus manos caídas
Desaliñadas sus almas
Ante la apisonadora rutilante de la presteza.
Hijos asidos a una panoplia de promesas
Descarrilan en vías de lejanos infinitos
En el desarrapado espacio de vuelta a casa.
La orilla junta piezas descarriadas
Tras la lontananza de fruncidos cuerpos destruidos
Se engulle la mezcla de renuente prodigalidad.
Todo sigue igual en el borde de la carretera
Todo crece en el ansia de escapar

Todo se transforma en redimir la perspectiva.

Santiago Pablo Romero.El Caminante Y Su Sombra. ©. TRIR.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Entre hojas tintadas de vida, su mundo.

Entre hojas tintadas de vida, su mundo.

Perdido entre cubiertas y lomos
De desvencijadas historias
Me atrapó el miedo de la ignara conciencia
Sin hallar una salida, destrozado
Entre disyuntivas a tomar,
Mordiendo los abismos de caminos sinuosos,
Anegado cuan náufrago en el océano.
Y tras una brisa suave, lenta, apaciguadora
Con asideros por doquier
Preñada de verdades nacidas y recogidas
Simientes de mil y una noches.
Versátil en su aderezo para con los dispares

Conciliadora de gustos con encuentros,
Etérea se adornaba de luminiscencia nítida
Ella, portadora de la más longeva estirpe
De acuñadores del saber, allí entre legajos
Otrora vertidos en anaqueles reñidos entre ácaros
Ella, sí la descubridora del atavío primigenio
Cuidadora del delicado acervo del hallazgo
Mostróme aquel reguero de vidas encapsuladas
En solvente diatribas, en mitos alicaídos
Tras polvo añejo, de hirsutas canas, lejos
Tan cerca mis manos, mi pecho en su haber.
Déjose escudriñar mientras moldeaba el sino
Un derrotero preconcebido en el libre albedrío
De mi mente y el hilo conciliador de su tono
Dejado flotando cerca, tan cerca del espíritu
Que saboreo el brotar de una nueva ilusión
Saber nadar en el redil de las letras prendidas
Aquellas mismas donde tus pupilas me dijeron.
Donde mil barcos zarparon, tus ojos avivaron
El fanal que adentró las livianas mareas
Por relevar islas con tesoros, ballenas blancas,
Dictar los viajes a la luna, y las profundidades
O buscar el poema más bello del mundo,
Aquel que una vez escribió un viejo, sí canoso,

Longevo en su errar, firmaba sonetos de amor.

martes, 17 de septiembre de 2013

Mi Secreto…en tus manos.

 Mi Secreto…en tus manos.

Deslizando el tejido del tupido tul
Sobre los delicados párpados cerrados
No quiero evitar tu luz,
En contrario me concibo incorpóreo.
Alisando el tiempo, descorriendo los ácaros
Entre cortinas de lluvia sigilosa,
Puliendo complicidades asidas en tus manos

Sencillos motivos para clamar tu anhelo.
A cada paso, desmigajo las minucias sobrantes
De este reguero de remojados enseres,
Fanal sempiterno en mi pecho de brillo níveo
Y acrisolada intimidad sobre penachos inocuos.
Se me acorta la mirada en el horizonte
Se me alarga la existencia en tu cenit
Se me preña el pecho de preseas conseguidas
Se me desviven las pupilas sobre tu almohada.
Ya no muestro mi vida secreta, tú lo eres
Mi estrella, mi luz, mi amante, mi norte
Derogada han quedado las leyes perdurables
Mi desaliñado brío late con fuerza a tu vera.
Remando subimos cuestas de rieles claros
Escalando circunvalamos mares inconexos
Zigzagueando esquirlas y saetas perdidas
Crepitamos cuan llamas que exceden la noche.
Mi secreto se esclarece, nuestro hallazgo es
Las lianas porto en mis manos, son tu fuerte
Bebemos de la misma boca, tallamos los labios
Catamos en el mismo parnaso de las pléyades.
Y hoy se deslizan apenas dos docenas, O
El quinquenio egregio en tus horas de tiempo
Hoy sigo nadando en tus aguas convidadas
Al saboreo del manjar caído en tus comisuras,
Hoy es otro bello amanecer en las rendijas
Que brindan tus ojos para hacerte mi aurora
En la infinitud de nuestros ramajes enlazados.

TQ.Muerdos. Y amplío contrato, por otros 29.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Viéndote Al Otro Lado…

Viéndote Al Otro Lado…

Sé que estás
Pero llegué antes que tú
Te me sumergiste en mi mar
Sin saber nadar, sin saber bucear
Regodeaste mi esencia plenipotenciaria
A sencilla polilla de la luz

Y horadaste mis cimientos
Cuan torre carcomida por las patrañas.
Y llegó ella, en su alado corcel
Damisela fuerte, perspicaz, ángel heraldo
Restauradora de mis pies
Sanadora de mi alma pútrida
Rejuvenecedora del jardín del afecto
Exterminadora del rencor
Silenciadora de sombras
Avivadora de fanal preñados de luz.
Y allá emergí, cuan vómito del piélago
Supe alejarte, saberte sin señas
Mirarte sin miedos, desafiarte
Caminar a tu lado, sin dejarme mancillar
Sabedor de mi valía
Conocedor de mi potencial
Sembrador de nuevos tributos a tod@s.
Ya queda lejos la pétrea mirada
De un surtidor de hielo
Donde mi gélida mente se perdía
Para zozobrar en tu dantesca duplicidad
Irreal hecatombe, mundo ilusorio y vano
Apenas un atisbo del pasado
Eres orate perdido, superado,
Libado sin conjeturas
Que prendan en el fuego de la realidad.
Hemos de hallar esa llama
Incandescencia que en sus manos porta
El hada que vestida de musa
Se acerca para alumbrarnos y arrimar
La delicada atención que una vez se nos negó.