Un Adiós, Puede Ser Un Hasta Luego…
Bajo el ruido ensordecedor, un bramido
Mi cabeza se quiebra
Bajo los cascos de los caballos raudos.
Cazadores de cabelleras rojizas remueven las piedras
Tu confesión, anhelan
Cazador de inocentes arrancados bajo el suplicio.
Domeñan nombres ignotos, inciertos futuros
Él sometido a la crueldad más vil, cae
Dudas acaso, que la piel es débil, el miedo libre.
Falsarias afrentas se acumulan en su espalda
Nosotros lapidamos su incólume verdad
Falsos hombres con cara de ángeles, cercenan su cuello.
Ganaos el espacio entre los ilustres doctos
Vosotros que quemáis en nombre de todos
Ganad la batalla contra el animal que os invade.
Jactaos de vuestra prepotencia mientras podáis
Ellos amansarán las fieras imberbes
Jugad a ser reyes los últimos días, el tiempo termina.
Rayo que corrompe las costumbres
Renuncia a esconderte tras la lumbre
Ríete en sus fauces, muestra tu grandeza
Rodea las estancias de brevedad y discreción
Rumores corren bajo las lianas rotas, sed cautos.
Han llegado a la ciudad los vicarios de negro corazón
Hemos dominado las espuelas de los caballos
Hiera cada acero el estertor último
Hoces corten el trigo lento
Husos de peso cierto.
Byebye, El adiós puede ser un hasta luego
Gritaba el loco, cuando le portaban en volandas
Y las mujeres lloraban, sin comprender su abandono
Las tesituras son enrevesadas sombras
Que la inventiva no supo doblegar.
©Santiago Pablo Romero. Bluesman
Imagen: RED & JacqPaRo.