sábado, 2 de noviembre de 2013

Deseada, me sentí…

Deseada, me sentí…

En mañanas de dura escarcha
Tuve frío
Y tus manos de sencillo candor
Me arroparon.
En tardes de soleada brillantez
Mis ojos se velaron
Y tú, creaste la sombra fresca
Devolviéndome la luz.
En mis noches más oscuras, atenazadoras

Mis miedos me ahogaban
Y sobre mi lecho
Amaneciste, acurrucada a mi lado.
Puede que una vez dudara de mi ascendencia
Quebrada por gritos desilusionados
Mas nunca supe si estallaría
O me dejaría hundir en los lodos,
Pero una cosa sí sé, segura estoy
Tú y sus pupilas encendidas me cobijaban
De la intemperie falsaria
Que acechante mostraba sus fauces de feroz canibalismo
Y nunca dudé de mi seguridad
Es en ello, me siento, me sentí, la Deseada
Concebida por el impulso ferviente
De dos corazones fundidos
Elíseos podrían ser los vientos, o brillar luz
Las velas hervir de henchido alimento
O solventar los mares las tormentas
Mas siempre me sentí
La Deseada, en el rescoldo de vuestros cuerpos
Asidos por el elixir atrevido de una atracción.


1 comentario:

  1. Que acechante mostraba sus fauces de feroz canibalismo….Y nunca dudé de mi seguridad….Es en ello, me siento, me sentí, la Deseada…..Precioso, mágico, sensualidad exquisita que abraza….La Deseada, en el rescoldo de vuestros cuerpos….Asidos por el elixir atrevido de una atracción....Embrujadoras letras, eres un lujo querido poeta, gracias por ser así, un abrazo.

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