viernes, 22 de marzo de 2013

Ateo


Ateo
Y rasgan las tablas
De un incierto atavío, entre dolores
Una pieza de almas atormentadas
Por la caída del hombre.
Si tiempos de otrora pinturas de cúpulas
Nos halláramos en pátinas del vigente lapso
Las ralas barbas de cenizas plagadas
Abríase a discordancias de sinuosas cuestas.
Nada llevo sobre mi espalda,
Nunca cercené mi pensamiento, quizás callé
A los oídos, no siempre fueron instruidos,
Mas, hoy no podríamos besar a Lola, sonriente
Habríamos de haber inventado una cacerolada
O una danza de la lluvia, plañidera o cesante,
Un sortilegio del equinoccio cercano,
La lágrima esquiva, una brillante estrella fugaz
No, no cubrí mi espíritu de gloria
Pues me sinceré con la pasión extraña del dudar, y sigo buscando respuestas
No hubo, jamás, historia tan bien contada
Que pudiera tejerme la vestimenta lanuda.
Por ello diluyo el hielo, en destilados de malta
Mientras enfervorizados hileras de devotos
Acarrean el dolor, la penitencia, y el recuerdo
De cuando un símbolo fue rasgado en las entrañas del espécimen humanoide de antaño.






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