lunes, 17 de junio de 2013

Rosas para mis cuerdas…

Rosas para mis cuerdas…
Nieves de manto albo e interior velado
Han llegado hasta mi puerta
Entre las diatribas de la pauta escrita
Acogiendo manos extendidas, mendigando
Un sorbo de delicada mirada, un abrazo suave
Y candiles en unos ojos, de claros, vibrantes.
Acontece un sonajero de tullidas armonías,
Pliega una velluda epidermis sin púas
Inconsciente  afecto derrotado, sin pábulos

Riman sus cuerdas, de vocales voces abiertas
Cuan un dolor tallado en monótona catarata.
Desgarro mis vestimentas, siento su sufrir
Hasta impregnar la corteza, infundirme sazón
Embeberme en su escafandra de polen suelto
Y ya no soy yo, déjome arrastrar, desligado
De demérito, de desastres, de astucias débiles.
Límpido, cristalino, translúcido me hallo
Miro en sus cuencas plagadas de azul nítido,
Repantingado en sus aderezos renacidos
Y soltamos amarras, en el lecho del satén
Desgarbados parecemos entre sus cuerdas,
Buscando en su centro, su alma, lamiendo
Sus aíres, preñados de fragancia en fusión.
Han eclipsado a estos extraños, entre visillos
Y su silueta deforme, se amplifica exquisita
Reverbera en el hueco de la etérea capa nívea
Ola de fina oquedad que nos protege, nos ve
Sentimos la sonrisa soldada, imperecedera
Y los niños nos miran, se ríen, nos reímos,

El ruido del agua se desliza sobre la piedra…

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