domingo, 1 de diciembre de 2013

El Grito…

El Grito…

Y ya suben los espejos
Lunas reflejadas en el lugar plano del lago
Se acrecientan aderezadas
Para ir al evento del año, al intervalo lozano.
Todos llevan el encapotado flequillo
Hoy se inicia con su bluesguitar, ante su peña
Bebe del ron fuerte, para evitar estridencias
Desea que su voz fuerte, rasgada, plebeya

Acaricie las sienes de las féminas
Y agasaje los rebosantes orgullos de los lobos
Preñe las quijadas de carcajadas pletóricas
Desaliñadas en desmanes de vítores
Alimenten sus caderas, sirva de plebiscito
A la noctívaga impureza de entregar al delirio
Cada uno de los mil sentidos naturales
Aquellos orgasmos de plenitud desgarradora
Él sabe que es alfa, entre los machos
Disfruta aguijoneando a la manada de fieras
Desdentadas desde su atalaya de hierba y mal
Apunta con su índice acusador al culpable
Desgarra las almas sin tocar, su palabra es ley
Las claves se trastocan en la noche gélida
Es el amo, el vociferante dueño, del Grito
Se asoma al alfeizar dilatado por la avaricia
Y truena como un aguijón que desarma
Los impúberes doncellas en la plaza saturada
Hay cachivaches desparramados en el fuego
Se desnudan los pechos, vierten las lágrimas
tod@s quieren tocarle, vive el frenesí
Se entrega, se acuesta grande, es el rey
Vuelve del desierto y está contento, se crece
Muerde la ventisca, suma su afonía violenta
Ya nada teme, ha descubierto su valía
Acicala su atuendo raído, se pliega en el cinto
Saluda, saluda, ve, eeey, eeey, eeey El Grito…

(Para El Chimbi, Grito de la Noche…)
©Santiago Pablo Romero.El Caminante Y Su Sombra.




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