Con zapatos rotos…
sin escapatoria, igual que el escorpión
en el fuego
afilo la guadaña, abro las ventajas
al adiós
y cierro las puertas de atrás,
las del impedimento, las de las limitaciones,
suelto lastre, me enroco bajo las sombras
dejo a la dama campar
y las torres se yerguen esbeltas
asomando en horizontes de caballeros histriónicos
las guerras fratricidas están en boga
cual si reescribiéramos el primigenio tiempo
alzando un hueso iracundo contra el frágil cráneo
de un macilento cordero
sin piel de lobo
guardo en mi maleta de siete llaves
aquellas risas falaces,
aquel tintineo de azófar de tres al cuarto
fecho la cerradura con plomo invencible
y me predigo un final predicho
una desaparición afortunada, cinco dedos jugando
un cordal apretando hasta asfixiar
dejando sitio al silencio
al descanso, al placer hirsuto,
sin conjeturas de líneas en los perniles ni los cuellos almidonados
solo el revuelo de la brisa y las crines maniáticas
he visto corretear a los chicos
a la chica repasar las líneas y números de la rayuela
quiero llegar al cielo
pero sin regreso, sin retorno a la casa
donde las escobas me persiguen
los ratones se han adueñado del queso
y el pan ázimo se pudre en la despensera
huele a pútridas la costumbre
el respeto al otro, la venida de los gigantes
mientras mis pies sienten el suelo
comprendo la rotura de mis zapatos
ya no hay altares donde subir
ni dioses a los que postrarme
ni vender ninguna historia ilusoria
todo es un punteo de tiza incolora
en una tierra removida
donde el linóleo encubre el plúmbeo gris
cual si la felicidad impuesta fuera un áurico sueño
escucho zumbidos de libélulas
y las prietas féminas desnudan sus pechos al sol
justo cuando despierto
comprendo su pose de estatua erguida
únicas, separadas de la newtoniana atracción
escojo la calle de en medio
pido dos largos de burbon sin hielo, sacio mi frío
tumbo el castillo de naipes
sí, ese mismo que construyes con ayuda ajena
comprendo mi condena
ser esterilizado de aires, contaminantes y rayos de sol
por mi bien, para mi comprensión del todo
claro, en mi cabeza se apedrean los niños,
los viejos mueren en incendiarias silos de huesos
sus hijos se tuestan bajo el ardor del daiquiri helado
la farándula de la moda
y los pliegues de mi piel se contrae, se apresura a rumiar
el último bastión de oxígeno libre
pero no, no está en su habitación de última generación, no
está en el viaje al encuentro de la sima
justo tras el vuelo, el grito, el vozarrón rompe en eco
y un zarpazo de la madre tierra
cual una bienvenida excelsa, el último y magno abrazo
al samurái rojo, el perdedor impenitente
tras ello, el silencio, un cuerpo desvencijado
y lo más certero, una sonrisa clavada en su rostro
inerte sobre el polvo su risa se magnifica, una sorda lágrima
recorre su rostro para rubricar su Adiós…
©SantiagoPabloRomero.Bluesman.
Imagen:BegoñaTomico&JacqPaRo.
(PriegoDeCórdoba-BarrioDeLaVilla)
Músic: JohnLeeHooker-HouseOfTheBlues
"cual una bienvenida excelsa, el último y magno abrazo al samurái rojo, el perdedor impenitente tras ello, el silencio, un cuerpo desvencijado y lo más certero, una sonrisa clavada en su rostro". Cada verso del El Cazador De Sueños toca el alma con las notas tristes de la vida ante tanta ignominia de la vida misma, hoy se llora con las letras y se alzan las copas de un brindis triste, de un adiós, ante la lucha indiferente, ante el decaimiento por no ver puertas abiertas de justicia y dignidad. Felicidades poeta Santiago Pablo Romero por tu danza vestida cual guerrero samurai poético en defensa del hombre, de la vida, sin tus armas tu palabra, tu esperanza, tu lucha convertidos en la poesía que libera y abraza auroras en un nuevo día, en un nuevo corazón, gigante eres poeta Santiago Pablo Romero, felicidades...!
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