Auténtico…Te guste o no…
Y en caminares, y entre senderos, y entre flores dulces y espinosas. Entre olores agradables y fétidos. Entre Personas y más gente. Entre homínidos y animales de varias patas. Mis pensamientos son tan libres que no me obedecen. No hay raciocinio, son como pájaros en la mañana, frescos, libres y sin miedos.
Es cierto que a veces las sombras de los halcones pueden hacer decaer las ansias físicas, pero nunca pueden eliminar el pensamiento auténtico, libre y gentil, de los corazones gitanos. Ellos son libres porque su educación es ancestral, se transmite del boca a boca. Con el llevado manoseo maleable de los metales preciosos. Se pueden moldear todo su contenido, pero mantienen su esencia. Su pureza siempre estará en el fondo del corazón.
Deberíamos dedicarnos a aprender de los otros, las enseñanzas de la vida. Disfrutar de los momentos que nos regala. Por qué siempre nos jodemos, nos dedicamos a fastidiarnos por leyes escritas. Cuando todos sabemos que quien plasmó esas letras regladas lo hizo en su propio beneficio. Nadie escribe las normas para cumplirlas, sino para hacer que las cumplan. Pues el que parte y reparte siempre se lleva la mejor parte.
Una pareja inusitada, de seres distantes y distintos. Un ser amarillo, otro marrón dorado. Esencia de su existencia la búsqueda. Verdad de su existencia, no encontraron, pues la búsqueda era muy cercana, se tuvieron siempre. La vida no es el final de lo conseguido, la vida es el camino. El disfrute y el contacto con los otros. Los delicados pues nos dan tersura en las hilaturas del alma. Los agrios pues nos enseñan cuán difícil es mantener la frescura del elemento principal de nuestra existencia, el agua.
Portadora de la vida, y de la muerte. Transporte de los bienes y los males. Capaz de soterrar un túnel en las entrañas de quien incrédulo, la desafía.
Seamos auténticos, como los corazones gitanos, entreguémonos en el día a día, a pesar de los pesares, de esas insaciables dicotomías que parecen cruzarse delante de nuestro diario corretear, para obstaculizar la alegría.
Aprendamos a circunvalarla como hacemos en la autopista hacia el cielo, no dejemos de caminar mientras buscamos la pista para despegar en busca del vuelo planeador sobre las estirpes superadas.
Disfrutémonos, todos entregamos algo en esta vida. Envidia de los ángeles, somos. Pues encontramos el trino andar. No podemos dejar de girar, pues de descubierto el astro siempre estará ahí.
Desde Galileo nadie se pregunta si giramos o estamos estáticos. Pues el conocimiento nos enseña. La sabiduría abre caminos que no se pueden ya nunca cerrar. Si aprendimos a vernos no podemos querer ignorarnos. Mirémonos, disfrutémonos, el brillo de la mañana llena de luz mi ventana.
Los girasoles toman los campos, cuán mantos de amarillo sobre alfombras verdes. Giran buscando el sol, amoldan su existencia a la frescura de la luna, y consiguen el brillo en el rocío de la mañana. Impresionistas, impresionados con tanta belleza plasmaron los lienzos sin lograr la perfección natural de la captura momentánea. Pues la vida es ciclo, y el círculo es signo de la perfección, mezcla de unidad y distancia al centro sobre lo que todo gira. Caminemos pues el camino es vida. Seamos parte de los pensamientos libres, dejemos que nuestros corazones gitanos nos guíen. No pude ser mortal…
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