Coctel Ardiente…
Lunes, helado el suelo, pinchazo hasta la garganta. Entró, te dices. Mal comenzamos. El microondas, con el grill olvidado puesto. Más rojo que el corazón de carlitos se ha puesto la taza del café americano, será que no se llevan bien. A volar que son poco más de unos palmos, a volar, estampido contra la loza. Los dedos chirriantes al ritmo de los dientes y hostias que se crió. Bueno cálmate, que todo comienza murphyniano, justo al revés. Las horarias marcando el paso de la cuesta abajo, imposible llegar a picar a mi hora, te repites, como si sirviera para algo.
Como no puede haber dos sin tres, las ruedas del coche pinchadas, se nota que un cabestro ha decidido recordarme que es mi lunes de mala follááá.
Dos horas tarde, el traje pringado de costras más negras que mi corazón. Y el jefe con exigencias, como si hubiera recibido la carta personal del zp para poder hacer con nosotros lo que les salga del alma, que para eso hay cinco al grito de aaarrr. Empieza a recetar, aquí y allá, que sí que no, que vaya usted a este lugar y a este otro y que todo si puede ser para ayer y por favor con cinco copias para el consejo… Gertrudis, por cierto está de baja por amigdalitis crónica del espanto solar…
Así que decido no escuchar al mequetrefe más, me dispongo a enfilar salida hacia la cafetería, desayuno con tostadas, por favor, me pido…y como no podía ser de otra forma, de nuevo americano y media con mantequilla…para no contradecir a Murphy, si algo puede salir mal, entonces saldrá peor…y la tostada después del esmerado refregoteo de la mantequilla, a vooolar,
q ue no son más que dos palmos, perfectamente aplanada en el primer intento de cazarla, mantequilla en el verde oliva del traje con tonalidades del grasiento negro de las maltrechas ruedas, para seguidamente y cumpliendo la ley asociativa del ideario maléfico, plass al suelo mantequilla besando el suntuoso encerado del nunca, hasta este maravilloso lunes, más sucio, diantres, es que me voy para mi casa…
Tomo mi autobús y a casa, me sirvo un cóctel, me dejo alegrar por el canturreo de mis pajarillos en casa, me olvido de todos y mi fantástica sombra me prepara un sublime baño de sales, con velas y todos los alicientes para hacer olvidar un tortuoso lunes. En precalentamientos para terminar de fastidiar, trasero sobre el mando a distancia, se enciende el plasma de 42”
a todo volumen y joder aparece la pajín diciendo que apenas se ha notado la prohibición, prohibición, prohibición del fumar…
así que no me lo pienso, pum, pum, pum tres certeros trallazos dejan en silencio la estancia mientras me encamino hacia el baño con mi sombra y mi pipa humeante me mira sonriendo, diciéndome en voz como ronroneando que mañana será otro día…
Mañana será otro día... y comenzaré de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Si no me río del rio diario
ResponderEliminarDe que me río…jejeje
Gracias Silvia