viernes, 20 de febrero de 2015

Vientos a Casa…

Vientos a Casa…


Siento como las alas se desgajan
Ícaro sobre las alacenas vacuas
Ríndese al reclamo de la gavina
Suena un cántico de sibilina sirena
Que estremece el letargo tardío
Bajo un mantra sin medida
Dos acordes de fresca brisa salina
Y un resbaladizo cuerpo se escapa
Nada puedo hacer por retenerte
Ni acompasar tu huida en mi dolor.
Vuelvo a casa, dices mientras arde
Me sujeta los pies de barro, hundidos
Tuteo al destino y se zafa sin remedio
Costras en mi piel, de lucha y riadas
Reclinada en la arena, maderas rotas
Yaces desunida, compañera de lustros
Acaso supieras que nada nos queda
Sino tomar aquella cuesta erguida
Delineando regueros de flores amarillas
Mil cuerpos despintan al sol flemático.
Por entre los rochos de seco esparto
Jalo del gris compás de la memoria
Pisando sin prisas ni valentía alguna
Cual soldado derrotado en contiendas
Giro el cuello, aguzo los ojos, búscote
Nada me reporta el esfuerzo, nada es
Mas no declino mi última voluntad
Hombre de patíbulo siento en mi pecho
Así me aferro a ese deseo contestatario
Dos siluetas de rojizo carmín brillando.
Izo la bandera de níveo ardor, y pecas
Repones dos pecados al bastión perdido
Un silencio atronador de inconsciencia
Lacerando el destronado espíritu azul
Y dos, ese aroma a jazmín recién teñido
Cual si fueras al festejo de los adivinos
Queriendo cincelar las espuelas en el lomo
Montaraz sin aspavientos, cae derrengado
Bajo la espadaña desoladora del estío
Vuelvo a perder, acaba el tiempo, se va.
Oferentes de aceros bien templados
Acoged un parterre sin flores, ni tierra
Ya le acosan los clamores del averno
No tendrá cena de regalía, ni fruta acuosa
Supieron descerrajar aquellos chasquidos
Hiriendo de muerte al bergantín más vivo
Telúricos afluentes han hilvanado este sino
Costas de aire han circunvalado raudos
Llevando noticias escritas en verbo viejo
Nadie merece caer en la playa de hambre.
Vientos a casa, rumbo al norteño sol
Esta tarde te sujetaré por los pliegues
Sin dejarme llevar por la febril hondonada
Ni derretir un ápice de mi sobria piel
Curtida entre tu cuerpo y la estela perdida
Amilanando cíclopes en el estrecho oscuro
Paseando por filos de dagas oportunistas
Tú me seguirás llamando, riendo sin verte
Pero ahora no puedo detenerme, no ahora
Justo en este periplo de justas, sabremos ser.
Cantos de ríos son cada una de esas cuentas
No dominan nada, no festejan nada, viven
Se hacen redondas para no zaherirte al paso
Saben de tu pisar delicado, saben de tu trasiego
Vieja y sabia, atolondrada señora de mis sueños
Acaricia cada uno de los poros de mi piel
Me ahogo sin solución, aunque me llevo tus ojos
Un dibujo nítido que titila al mirarme cerca
Bebiéndome cada brillante de tus destellos
Cual si fueras la odalisca avenida a mi despido.
Jalonan las imágenes que arrebujamos juntos
Algunas son tan sepias, tan llenas de rugosidades
Mas todas tienen jolgorio y complicidad
Mitigo el lamento porque es de bien ser logrado
Y tú me impregnaste esa pátina excelsa
Cual si los museos del mundo te esperaran
Aún adivinándote perdida entre mis junturas
Disfrutamos cada carcajada y mordidas
Pimienta fueron las chispas, azúcar las llamas
Canela nuestra cicuta, jajaja, qué locura bella.
Sabes he visto a un hombre acariciarla a ella
Sacarle mil vibraciones con notoria templanza
Nutrirla bajo el embeleso de transeúntes absortos
Llénale el pico, decíanle, déjale los granos molidos
Pues ya no verdea en los campos cosechados
Y ríome de aquellos entendidos en jardines ajenos
Nunca fuimos servidores de falacias ni conjuras
Muy en contrario, supimos bregar con limpidez
Ahora que rubriquen sobre el granito dos odas
La justa, lleve mi nombre, la otra tus caricias.
Hay un duende en esa esquina, donde todo vuelve
Ahí es el lugar de nuestro reencuentro, Ícaro
Vuela, tú vuela hasta las estrellas, llega al sol
No temas desavenencias ni malos augurios
Seré el colchón donde caigas, tu valentía
Porque para uno llegar al cielo han de caer otros
Y no vamos a dar ventaja grisácea a la oscuridad
Así ya escuchaste, la guitarra sigue sonando
Toca amalgamas de colores en flor de primavera
Carencias no habrá de existir, pues todo es verde.
A Casa, vientos en las alas, resuena el céfiro
Dibuja onduladas figuras entre tus crines
Me dejo acariciar porque sé que vienes en él
Subida cual meiga que serpentea libre
Ornamentos no me hacen falta, el aroma me guía
Juega, Ícaro, deja que el viento te lleve a casa
Tu hazaña ha sido cimentada en mil cuerpos
Varados quedaron, para que supiéramos tu valor
Ya nada somos sino aparceros de tu memoria
Pincel que recorre las estelas de tu lienzo fino.
Vuela, vientos a casa soplan, déjame llevarte
No más sueños tengo, sino entrar en el edén
Pero eso sí, llevándote del brazo, cual amanecer.

©Santiago Pablo Romero.Bluesman.
Imagen: Aniló & JacqPaRo.

2 comentarios:

  1. “Vuela, tú vuela hasta las estrellas, llega al sol, Pincel que recorre las estelas de tu lienzo fino, La justa, lleve mi nombre, la otra tus caricias, No más sueños tengo, sino entrar en el edén”. Es un encantamiento cada verso que sutilmente va concatenando sucesos, experiencias mágicas formando de estas letras blues un puño de caricias para el lector y llevarlo a este vuelo poético de Santiago Pablo Romero convirtiendo el corazón de sus seguidores en un Edén mágico de agradecimiento y entrega en donde eleva su alma con el majestuoso amor dejando un toque especial de embrujo latiendo con las auroras y “Toca amalgamas de colores en flor de primavera”. Felicidades Caminante Bluesman por este ensueño de alas que ya llega a casa en plena primavera, haciendo del mar música perenne de pasión besando el sol de su entrega…!!

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  2. Vuela, tú vuela hasta las estrellas, llega al sol….No temas desavenencias ni malos augurios….Seré el colchón donde caigas, tu valentía…Porque para uno llegar al cielo han de caer otros….Porque para uno llegar al cielo han de caer otros…Y no vamos a dar ventaja grisácea a la oscuridad….Así ya escuchaste, la guitarra sigue sonando
    Toca amalgamas de colores en flor de primavera….Carencias no habrá de existir, pues…todo es verde… No más sueños tengo, sino entrar en el edén…Pero eso sí,…levándote del brazo, cual amanecer. Preciosas versos, tus letras son bellas notas que crean esa hermosa sinfonía, nos hacen soñar, nos hacen volar, pero el edén ya lo has encontrado tú vives en primavera. Te felicito poeta por estas sublimes letras que nos transportan en tu vuelo, los sueños realizados al compás de esa maravillosa guitarra que nunca dejara de sonar mientras nunca dejes de escribir, bellísimo querido poeta, un abrazo.

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