Tuya…
Fragilidad de avispa
Gritábasme mientras me sacudías
Piel de melocotón de vellos erizados
Mis glándulas centinelas en mi perturbación
Execraban lamentos de vaho corroído y atoramiento
Sobre el malecón me quedaste embebida entre sedas
Sin atisbo de arrepentimiento, dolorida
Un cristal de cuarzo rojo, te di
Devolviste una guirnalda destrozada de esquirlas
Se acabó
El timbal resonó en el rompiente de las olas
El mar acrecentó el eco ensordecedor, se acabóóóó
La repetida somnolencia se apoderó del gorjeo del mar
El azul intenso, rompía
Me emplazaba
Acantilado de cuchillas pizarrosas
Tuya, escribías, tuya, en aquel aire sementero, tuya
Una orla graduada
Un final de aventados carnavalescos
Tuya, soy, tuya, si no No soy, Tuya
Grité, sin escritura
El abismo
Espera…
ya lo dije, lo sostengo, aquí quedé, aquí me quedo, mirando el mismo fondo contigo, este poema es tremendamente bueno, es tremendamente mío... me sigue encantando aun pasados los días, felicidades!
ResponderEliminarComo el zumo maduro
ResponderEliminarEl añejo tesón
Y la grata compaña
Esos son los elixires, por donde me hallo
Cuando de brazos portas…
Gracias Europa, Bsts Mil.
Tuya en las mareas, en la inmensidad de las marejadas, en esa extensión de olas que se beben las orillas. Despertar de abismos.
ResponderEliminarBesotes.
Sobresaltados unos ojos cenagosos
ResponderEliminarEs que caía, se dijo
Pero pudo comprobar su zozobra
No era más que un pecio
Perdido en un bello palacio…
Bsts Zarza, que tendrá a todas horas…