domingo, 27 de marzo de 2016

No apto para hipocondríacos…

No apto para hipocondríacos…


Vinilos a contracorriente
resuenan en mi alcoba,
los salmones evacuan sus crías
y me llegan sus voces,
alaridos de un adiós latente
pero no temo
muchos otros se apearon,
la ropa sucia por motas de hollín
caídas desde las chimeneas
que ejecutan sus órdenes fehacientes
…no quede rastro del paso
ni huella de su aroma…
cuerpos desnudos, repantingados
se asoman a mi ventana
abierta, abierta, de par en par
quiero me viertan la estulticia
el granjeo falaz, sentir el latigazo
del que huye, del que muere
y halla la única salida
dejarse caer, rodar hacia los valles
anegados por la sangre vertida
por el acero amigo…
Caprichosa mañana de sol oscuro
dibujas
la tintura empapa tus dedos
esas mismas falanges
que húmedas recorrían mi interior
me derrengo en nauseas
por sentir la vida cerrándose
o contando los cuerpos pasar
cuando intento dormitar,
pelea infatigable de mis párpados
aunque se sepan perdidos,
los farinellis entonan aleluyas
y las vestales se arrojan al vacío
sin fisuras
sin tiempo de reacción
sin preguntas
ni miedos, ni respuestas siquiera
ay, qué te ocurre
qué sientes cuando las ves desplomarse
cual si fueran florecillas
arrancadas por los cascos de los caballos
esos mimos envenenados
que hoy me satisfacen como única
puerta
como salvación inmediata
igual que si fuera un tullido,
salvado
exonerado de un báculo inmaculado.
La plaza se muestra atiborrada
mercaderes y asesinos
señoras tomando cicuta por doquier
amantes que juegan a los dados
y dios, qué hace,
nada se pierde por las callejuelas
porque nada sabe hacer
contra el juguete
que inventó
la libre decadencia de un humano hirsuto
más asimilado a la mantis
tras el lecho saciado
cuento las sinusoides de tu voz
detenido en la escalera
por donde bajas
recorriendo parsimoniosamente
paso a paso
casi sin tocar el suelo, casi levitando
prendida en el tul prístino
que cubre tu piel
ese mismo manjar que me otorgas
caprichosamente
y me redimes de mis lujuriosos deseos
de tanto en tanto…
Libérame,
de este yugo
ser esclavo de tus devaneos
no saber vivir
ni quererlo
desdichado atuendo porto
cuando tu cuerpo se bambolea
en los brazos ajenos
y tu sonrisa
claudica al gozo foráneo
libérame
no me rescates más
del afilado escozor de las alturas
primigenia luz
que ciega mi intelecto
y siega
mi enferma sutileza
para saber yacer bajo los puentes
donde tu velamen
se yergue
haciendo gloria del mismísimo sol.
Ya sé
dirás que divago y pierdo pie
este mar es demasiado profundo, demasiado vasto
para ser tragado
en un santiamén
vuelvo
me pierdo
en tus piernas generosas
bajo el caudal cerúleo
de un enjambre entregado
a mi lapidación.
Podría ser normal, y dejar pasar el tiempo
mas fui abducido
del tránsito mortal
para habitar la clausura añosa
delimitada
por las paredes de tu palpitar inconstante.
No soy son
ni lo pretendo
sólo dejo la premura
para los doctos
mis ojos, entretanto
vagan
por cada rendija que la luz
dibuja en los pliegues
de tu piel
mi historia…Libérame
este trance no es apto para hipocondríacos…


©SantiagoPabloRomero.Bluesman.
Imagen:TharsisPAZ.RamónLlanes.JacqPaRo.

Music: JOCELYN POOK (COLLECTION) HD

1 comentario:

  1. "mi historia…Libérame este trance no es apto para hipocondríacos…" Wow...! cada verso encierra el grito de la vida envuelta en un umbral del contexto interior, verdaderamente el poeta andaluz Santiago Pablo Romero hace vibrar el alma del lector ante estos gritos de psique, y de hambruna social política, vaya que es todo un tratado literario hipocondríaco tocando las puertas de la verdad y realidad. Felicidades Caminante Bluesman, por adentrarte a la vida humana con versos hipocondriacos aptos para el que quiera entender...!

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