viernes, 23 de febrero de 2018

Fuera hace frío…

Fuera hace frío…


Está helando
en la esquina donde María llora,
el niño con zapatos de charol
pasa corriendo, gritando risotadas
patea la lata abollada con tres monedas
ruedan y ruedan
dos lágrimas recorren la mejilla adolorida
de la pobre anciana.

Hace frío, allá fuera
no crepitan las llamas sobre el madero
cual si adherirse quisieran
al enjuto anhelo del hombre del rincón,
se guarece de la lluvia impertérrita
embebido en sus mantas raídas,
dos señoras se detienen bajo su paraguas
sacan dos mendrugos herrumbrosos
y una lata con fecha emborronada
él sonríe, él se postra
agradece con reverencias regias,
ellas, de vuelta, atizan la chimenea; crepitan las llamas.

He visto pasar a un hombre con sombrero
de paño fino, cortado a medida
abrigo largo y botas relucientes
ha doblado la esquina
lanzado una moneda, cuarta en la lata de María
aligera el paso, zapatea rápido
saca la botella de Jack Daniel’s, media eso sí
la deja junto a la lata desmembrada y la huella
de dos mendrugos oxidados
recorre cien pasos más
ha entrado en una ampulosa mansión
da un correcto saludo al señor que abre la puerta
con perfecto corte de pelo a cepillo.

Mira por la ventana, generosa en insensible luz
se dirige a una señora recostada en el diván,
a la vez que zapatea sus botas recién barnizadas,
hace frío ahí fuera, visitaste a María, ya lo vi
Orlando también hizo de las suyas, ya te dije mil veces
“no patees la lata que contiene un futuro”
menos mal que atendemos a estos míseros seres
si no su mundo sería infernal
Se atusa el largo bigote mientras quita la vitola del habano
y el sirviente desprecinta la nueva botella de Jack Daniel’s.

Desde su cómodo sillón, con pies frente al fuego
intenta desligarse de todo
y degustando la bocanada del espléndido tabaco
mezclado con sorbos lentos de su copa
relata lo mal que está todo, lo difícil que será el invierno
apenas a dos palmos del cristal de aquella gélida ventana
donde se pueden palpar las muescas
del frío, sí
ese frío que tanto hace allá fuera…

Me sostengo mi sombrero, ladeo el cuello
para esconderme del frío que arrecia
y presto me vuelvo al cobertizo de latón
donde las historias esperan mi recuerdo.

©SantiagoPabloRomero.Bluesman.Feb18.
Imagen:NanaSmith.BañosDeLaEncina.Oct15

Music: MarkKnopfler-Don'tForgetYourHat

2 comentarios:

  1. “Fuera hace frío…Está helando en la esquina donde María llora…”. Hoy los versos del poeta andaluz Santiago Pablo Romero tienen ese eco de justicia social, hoy sus letras titilan cual estrellas ante el boreal viento polar de la realidad ignominiosa ante el hombre mismo, sí, hoy el poeta Caminante Bluesman camina por la calle y toca el alma del más necesitado y con ello eleva su voz al mundo para estremecernos ante esta cruda congelación de sensibilidad por el más vulnerable. Sí, hoy el poeta llora y abraza esas injusticias, cadenas de pobreza hechas indiferencias por el abandono de corazones palpitantes congelados por el burgués disfrazado de sentimientos ante unas monedas de la nada. Sí, hoy el poeta andaluz es Miguel Hernández, Federico García Lorca, entre muchos del caminar líderes de la palabra de la liberad por el hombre mismo, sí, hoy el poeta Santiago Pablo Romero es el latido de llanto de tantos Caídos de la misma guerra sucia helada de todos los días en la calle, hoy el poeta grita al mundo que existe el hombre, que existe la vida y que tiene dignidad, y eleva su voz poética ante el burgués congelado de sentimientos y disfrazado de caridad en muerte. ¡Hoy el poeta de Trigueros Andalucía, camina por la calle de soledad helada con latidos de mil Marías, al encuentro del más necesitado con la bandera de paz, dignidad y nuevas esperanzas…! ¡Felicidades gigante poeta por ser el color de cielo abrazando el invierno de la vida…!

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  2. Fuera hace frío…Está helando en la esquina donde María llora,… He visto pasar a un hombre con sombrero de paño fino, cortado a medida abrigo largo y botas relucientes ha doblado la esquina lanzado una moneda, cuarta en la lata de María aligera el paso, zapatea rápido…. Sublime, profundo, versos maravillosos reflejando tanta injusticia social, tanta indiferencia, todos somos culpables de alguna forma. Que tristeza… Me sostengo mi sombrero, ladeo el cuello para esconderme del frío que arrecia y presto me vuelvo al cobertizo de latón donde las historias esperan mi recuerdo….Admirado poeta retratas la vida, la sociedad que no cambia, tus letras son casi un grito pero todos pasan de largo porque no tienen frio... Gracias admirado poeta Santiago Pablo Romero mientras quede un poco de sensibilidad aún tenemos esperanza. Eres Inmenso, gracias por compartir.

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