domingo, 20 de marzo de 2011

El caminante notaba la brisa

El caminante notaba la brisa.
(Rep.ELPAIS)

El caminante notaba la brisa que acariciaba su rostro, y le susurraba. La Sombra le sigue, como buena amiga infatigable, incorruptible, fiel vigía de su compañero.
Hoy como otros días sale a la calle y comprueba la maldad de los hombres. Como los que se dicen compañeros, se venden por un mendrugo de pan. Pan además para más inri arrojado al vuelo por una mano agraciada con mejores manjares. No por ser merecedora de ello sino porque acompaña a un cuerpo con gran estómago, sin escrúpulos. Se refugia en el si no lo hago yo lo hará otro. Me recuerda como sacan sus peores hieles cuando ven la posibilidad de lucirse ante los poderosos. Luego se hacen llamar defensores de lo justo, hacedores del bien por tu bien. Alimañas sí que son. Si las circunstancias lo requieren venderán a su ser más preciado, pues cuando las circunstancias lo determinan no pueden cambiarse, dirán. El miedo al mañana, a la incertidumbre, les ahoga.







Sobre sus cabezas sobrevuela el fantasma del ayer, de los prejuicios de sus ancestros, de las historias embebidas en sus mentes a base de ignorancia. Pues no han sido libres en el aprendizaje, han sido manipulados. Han sido enseñados a luchar por un papel, les han enseñado la importancia de los papeles. 
De ahí su odio intrínseco a los sinpapeles. Son ignorantes por no atreverse a pensar. Pues cuando se paran y lo hacen, aunque sea con la posibilidad de pecar, ellos mismos se reconocen lo equivocados que estaban. 
Pero ya es tarde, ya se les va la vida. Deberían haber tomado las riendas de sus existencias baldías. Para qué tanto vivir para trabajar. No hubiera sido más bello trabajar para vivir. De todas formas el tiempo nunca es perdido, si al menos en sus últimas ráfagas de luz de sus yermas vidas logran encauzar las de sus retoños.


Ni que decir tiene que aunque es duro de entendederas, el hombre poco a poco va tomando constancia de su presencia en este magnífico mundo. En cualquier sitio se puede hacer un mundo feliz, simplemente hace falta acertar con el camino.

No sueñes despierto, vive soñando. Camina tranquilo y piensa. El águila y la serpiente velan por ti.

Alegraos de estar donde estáis. Tenéis la suerte de que os cuenten la verdad. La brisa viene cargado de ideas frescas. Disfrutad y escuchad los susurros del ángel bueno que os acompaña, de vuestra sombra. No os traicionará, en ello le va la vida, bueno y en la luz…






4 comentarios:

  1. ¿Sabes?
    Si algo he aprendido de momento,es que ayudar significa felicidad.Que hacer que alguien no sufra o lo haga menos,te hace a ti misma ser feliz y ser mejor.Que ver la sonrisa de alguien que sólo conocía las lágrimas y el dolor...es reírse de tus lágrimas y tu dolor,que no es comparable en nada...
    En fin...que mi sombra me guía en ocasiones y viendo el resultado,la dejo ir siguiéndola muy cerquita...
    Ahhhh, y mi sombra y yo,lo hacemos de corazón,conste!
    Muy buen escrito de nuevo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. La felicidad es indispensable para poder vivir... Aunque sea poquita, pero indispensable.

    Saludos y un abrazo.
    Buen domingo.

    ResponderEliminar
  3. ¿Qué seríamos sin esas milésimas de felicidad?
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  4. *- Cuánto disfrutamos cuando un niño nos sonríe
    Cuánta belleza, cuánta felicidad inunda nuestros interiores
    Dejémosla correr y atrapemos el momento…Gracias Uka.Bsts.

    *-Aire para el alma Hiperión, Sonrisas llenas de felicadad

    *-Son las milésimas que hacen que esto valga la pena, como sentir la brisa del bosque remover las cortinas de m Choza…Gracias Silvia.

    ResponderEliminar