sábado, 19 de marzo de 2011

VOLTAIRE

VOLTAIRE

En estos días que corren, nos asalta la idea de la libertad de expresión de una forma continua.

Todos somos unos grandes demócratas y creemos que tenemos derecho a la libertad de expresión bien entendida, o sea sin joder a otros. Bien hasta ahí de acuerdo. Pero cuando son los otros los que tiene ese derecho a la libertad de expresión. Pregunto ¿ también estamos dispuesto a darles ese derecho, cuando puede afectarnos su crítica?. Dejo la respuesta al criterio de las mentes bienpensantes, las malpensantes ya sabemos lo que dirán. Tengo mis derechos, no hablará nunca de sus deberes para con los demás.

Ciertamente todo el mundo promulga esa libertad a decir lo que se piensa, desde el mandatario de turno, el kioskero y el homeless, todos creerán tener ese derecho tan básico, pero en verdad no todo el mundo podrá ejercerlo. Solamente lo ejecutará el que sea capaz de ejecutar..lo. No nos engañemos, hoy todo el mundo quiere un medio de comunicación donde lanzar sus proclamas, unas a favor otras en contra de aquello y de lo otro, pero en verdad todo el mundo quiere que esté. Claro que no.

Algunas veces surgen ideas para sin medios crear un medio. Nos financiaremos mediante la publicidad, manjar de dioses hoy día en la era del consumismo, pero después quien controla esas fuentes, pues todo el mundo lo sabemos, aunque no queramos reconocerlo. Un poco de presión en el punto adecuado y ¡plashh! la prensa hidráulica levanta aquel pesado camión, parece increíble pero es cierto, es posible ejercer la presión más ínfima en el punto adecuado y al daño estará hecho. 

No dejaremos expresar esas ideas que promulgan el bocado a la mano que te da de comer.

Hace algunos años, nuestro famoso enciclopedista nos dejó una cita mucho más importante que todas las cualidades o no que pudiera tener su difusor: "DETESTO LO QUE DICES, PERO DEFENDERÍA A MUERTE TU DERECHO A DECIRLO".

Cuando surge una espina que se clava en la mojina has de moverte en la dirección adecuada para que deje de molestarte, no partir la silla. Algún día puede hacerte falta volverte a sentar.

No somos tan invulnerables como nos creemos. Llega un día en la situación tal que nos iguala de la misma forma que lo hacen los vasos comunicantes de la prensa hidráulica. Al final, se pueden solucionar las cosas queriéndolas solucionar. No se nos olvide, dentro de mil años todos polvo.

SEIS MIL MILLONES DE PERSONAS.
SEIS MIL MILLONES DE IDEAS.
AUNQUE NO QUERAMOS RECONOCERLO.
RESPETÉMONOS.
Finales
Siglo XX.


5 comentarios:

  1. Felicidades por esta entrada: respetuosa, reflexiva y hace pensar a quien la lee.

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  2. Más claro..agua!
    Un abrazo.

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  3. LOS ANIMALES NO HABLAN,PERO PIENSAN.EL UNICO ANIMAL QUE HABLA ES HOMO SAPIENS,SI ELLOS PUDIERAN HABLAR,QUE NOS DIRIAN?

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  4. Creo que acabas de dar una lección de cómo deberíamos ser y actuar.De lo mucho que aprenderíamos se el respeto hacia el prójimo se hiciera extensivo y universal.
    ¡Ay pero amigo mío, cuánto camino nos queda por recorrer!
    Me ha encantado leerte.
    Un beso.

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  5. *-Thanks J. Antonio Por tu llegada a mi Choza…

    *-Pues eso Remei…Gracias por tu refulgencia…

    *-A veces para lo que dice ese Homo…mejor el chino silencio.Gracias Anon…

    *-Si no partimos respetando al contrario, que pretendemos respetar, los argumentos desaparecen…El placer es mío Uka.BSTS.

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