Dos cuerdas por favor…
En unos soportales me resguardo, llueve, es diciembre, mes proclive a los fríos y las lluvias, maldito invierno, pienso, bajo el soportal. Lo pensé en voz alta, y el niño me recriminó que no es tan malo, que en la chimenea es muy bello el ver llorar al cielo. Entiendo que es sólo es un error de apreciación, y le sonrío. Su madre lo retira pronto de mi lado, le advierte no te acerques a este tipo de gente, no ves la costra de sus manos. No deja nada en la funda de mi violín.
Rasgo tu cuerpo dañado, rasgo tus lacerantes cuerdas, dos, hace tiempo ya de la muerte de tus compañeras. Le saco notas de un impermeable azul, de un canadiense que escribía poesía, me dijeron en la tertulia de poetas que solía frecuentar antes de que me molestara las volutas fuleras del humo de su bien pagados habanos.
Siempre fui insufrible. Un amigo árabe que tuve me solía recordar, eres incorregible, hablas demasiado, dices verdades que nadie quiere escuchar. Me encogía de hombros.
Un transeúnte se para a escuchar, anonadado, ensimismado en las tristes notas que me prestan mis angostas compañeras, pienso que feneceremos juntos, sin tan siquiera mis notas. Cuando para la música, me escruta, busca tras mi poblada barba, enmarañada. Busca tras mi frondosa, y sucia, mata de pelo a alguien que conoció. Me mira a los ojos, un instante sólo cruzamos la mirada, después la aparto, como respuesta a su silenciosa pregunta. Agacha su cabeza. Introduce la mano en el bolsillo de su impermeable, saca unos sobres, los deposita en la funda de mi violín…
Se deshace de su impermeable azul, lo dobla cuidadosamente, lo deja junto a mi mochila, me vuelve a mirar, parece que va a decir algo, pero respeta mi silencio, calla…
Sobre la mochila observo que dejó el impermeable azul, mi impermeable azul.
En los sobres encuentro unos billetes pulcramente doblados. Y las dos cuerdas que me faltan, para que las notas que intentaba sacar a mi pequeña dama suenen como merece esta canción…
Ladeo mis ojos hacia donde veo marchar, siempre respetuoso, a mi amigo el caminante poeta, observador, buen Amigo pero ante todo respetuoso con las decisiones de los demás…gracias.
Genial muy bueno;) hay tanta naturalidad, que parece que leo el pensamiento tal cual el ser parió
ResponderEliminarAtte.Cosmopoly
En un mundo cosmopolita
ResponderEliminarAl que nos mandaron
Vivir
Encontramos muchas y variadas
Especias con las que sazonarlo.
Gracias Cosmopoly, un placer, Andrea.
En verdad un mundo cosmopolita, una fiesta que hay que saber bailarla y claro sazonarla y el placer es todo mío, cada escrito un mundo, gracias por compartir los tuyos.
ResponderEliminarAtte.Cosmopoly
El mundo
ResponderEliminarTrozos de mundos
Compartidos
Se convierten en Universo
Gracias Andrea.
Kaixo Santiago, te he escrito en otro blog sobre este post, muy bueno, me gusta. Un placer haber paseado por tu blog. Me pasearé con más frecuencia por él.
ResponderEliminarAbrazos.
Agur.
Las habitaciones son distintas
ResponderEliminarLa choza la misma
Tu choza, si en ella te sientes tú
Gracias arkaitz
Los soportales que te resguardan, la funda de un violín convertido en mujer sin dos cuerdas...
ResponderEliminarQué atmósfera más inspirada!
Una maravilla leer tu historia.
Un abrazo!!
ya sabes que el placer lo secundas tú
ResponderEliminaral llegar y recomponer las letras en vivencias...
Bsts Susi...Gracias...
Dos cuerdas por favor… Siempre fui insufrible. Un amigo árabe que tuve me solía recordar, eres incorregible, hablas demasiado, dices verdades que nadie quiere escuchar. Me encogía de hombros…. Sobre la mochila observo que dejó el impermeable azul, mi impermeable azul. …. En los sobres encuentro unos billetes pulcramente doblados. Y las dos cuerdas que me faltan, para que las notas que intentaba sacar a mi pequeña dama suenen como merece esta canción… Ladeo mis ojos hacia donde veo marchar, siempre respetuoso, a mi amigo el caminante poeta, observador, buen Amigo pero ante todo respetuoso con las decisiones de los demás…gracias….. Maravillosas letras, llenos de nostalgia, de agradecimiento, bellos sentimientos no solo por las cuerdas esas son parte de la vida, bellísimas letras tan profundas que llegan para recordarnos siempre quienes somos y quienes son los demás, gracias poeta, un bello regalo como lo es tu Amistad.
ResponderEliminar"en la chimenea es muy bello el ver llorar al cielo. Rasgo tu cuerpo dañado, rasgo tus lacerantes cuerdas, dices verdades que nadie quiere escuchar Ladeo mis ojos hacia donde veo marchar,...". Cada verso del poeta Santiago Pablo Romero El Cazador De Sueños, es atrapar la vida en sus diferentes huellas laceradas, es caminar con sus dos cuerdas que entonan la melodía del altruismo, solidaridad, dignidad y justicia del Caminante Bluesman por el más necesitado, es caminar junto a la lucha, por tener ese trozo de vida digna, felicidades poeta por tu sencillez y magia sabia de vibrar tu piel con dos cuerdas de la vida dejando la mejor melodía de esperanza...!
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