Temptation…
Hacía largo que no tomaba nada. Circular el plegado papel, rellenado con esmero de la mejor hierba, pasé mi lengua por el filo en peligro de ser sesgada en su fina y resistente hoja. Prendí al mismo tiempo que me recostaba sobre la cama. Tu visión en mi visión, igual que si estuvieras delante, como tantas veces. La primera calada hasta dejarme inerte, en la nube que nos subíamos juntos. La noche había cerrado sus puertas para no dejar pasar a nadie más, éramos los que éramos, los mismos.
Las calles difuminadas entre haces de brillos especiales para la ocasión, debemos de vivir la época, la estival fiesta que nos han preparado sin nuestro consentimiento, sin preguntarnos si la queremos. Nos han bombardeado y así seguirán durante largo trecho desde sus melodías anodinas, repetitivas y pegadizas, gasten y gasten, si no gastan serán desterrados del paraíso.
Una nebulosa envuelta de miles de aromas, en forma de rosas de papel impregnadas en sucedáneo de esencias naturales. Luces brillantes, cuantas más mejor, más luces más fuerte el endeudamiento directo o postergado. Psicosomáticamente estudiado para que nos sintamos culpables si no entramos en su juego, en su agónico grito para destripar unos emolumentos que no poseemos. Nos harán creer, nos harán dudar y nos mirarán de arriba abajo antes de ofrecernos. El plástico es de buena calidad si tienes un respaldo de sudor capturado en forma letreada y a largo plazo mejor, que mejor.
Mareado estaba cuando llegué, cuando redondeaba el papel para que tornara en petardo. Ahora me empiezo a dilucidar que no estás. Te fuiste encandilada por una promesa de mejor futuro. Como los de antes, un buen partido. No me importa. Al menos ahora no me importa. He comprendido mi valor. No estoy en venta. Aunque quizás hubiera estado dispuesto a vender mi cuerpo y mi alma por ti. Te dibujé, con él.
Casi tuve la tentación de alegrarme del suceso que vi en las noticias. La chica había sido arrojada por las escaleras de unos grandes almacenes por su chico. Una nueva víctima de género. Aunque debieran de llamarlo de degeneración. Le recriminaba la carestía de su tarjeta, de la falsa promesa de comprar lo que quisiera. Y por ello la hizo volar la última vez.
Tuve la tentación de alegrarme por tu planeo. Me sentí ruin, tan solo un momento después de pensarlo.
Ahora escribo estas letras, esperando en la salita de urgencias, esposado, donde te han operado y aún no me despejaron la duda. Aunque el tiempo ha sido suficiente para aclarar mi borrosa tentación de alegrarme. Espero te pongas bien y el degenerado que te empujó se pudra en el cementerio.
Pues no importa que tenga que creer, a ver si decides aprender y pasar el tiempo de mi encarcelamiento, por tu venganza, en espera de mi salida.
No me importa ya que te fueras, me importa si volverás.
Sigo viendo tus ojos azules, grises, verdes, en fin…observo el poema que leías, donde señalado tenías mi escrito…
calles se engalanan de luces y las casas se adornan con belenes y árboles
ResponderEliminarnavideños y si la Navidad sirve de pretexto para comprar, entonces bienvenida
sea, porque la sociedad en la que vivimos es consumista por naturaleza...
FELIZ NAVIDAD...............BESOS.T.R.O
Calles atestads de gente, luces que dañan los ojos, música que aturde la cabeza....
ResponderEliminar¡¡ Ya llegó la Navidad !!
Pero ¿sabes? Me quedo con el tiempo de reunión con mi familia.
Felices Fiestas y un abrazo!!!
Y como duele fingir que estas bien...
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