El Papel.Mojado.
En otro de mis paseos, me encontré con un tío, más negro que un tizón. Me dije será así de verdad, o habrá anochecido. Pero no, la oscuridad se concentraba sólo en su persona. Cuan mi sorpresa cuando me sonrió, me miró, fueron luceros radiantes que salían cual una cueva preñada con el sol, por todas sus rendijas salía luz. Sus palabras fueron, hambre, no robo. Me ofrecía uno de esos papeles, tan dobladitos que casi da pena limpiarse las narices con él. Le contesté, tienes hambre, pues hoy te la vas a saciar. Nos fuimos un poco retirados, a la sombra de un inmenso árbol. Abrí mi talego, saqué unas latas de atún, un chorizo, una barra de pan y lo repartimos, para engullirlo dos latas de manjar de dioses.
Me llamo Bluesman, yo Silosé. Ya si lo sabes no vienes, eso,eso… nos reímos ambos. Es mi amigo, le dije mirando al árbol, pero no puso cara de asombro ni nada por el estilo, simplemente sonrió. Cuando dio cuenta de su parte de las viandas, sonrió de nuevo. En mi país muchos amigos como éste, pero también de los otros. Lo que no hay es mucha comida, bueno haberla sí la hay, pero la tienen unos pocos, los que controlan todo por las armas. Nuestro suelo es rico en el cristal maldito, por ello los blancos matan, y nosotros o nos matamos o huimos. Después llegamos aquí, primera palabra, papeles. Piensas papeles, qué papeles. Allí decimos hambre, y comemos, pero papeles no se comen. Para ir para allá o acá, los policías dicen que tengo que tener papeles. Sólo pido un lugar donde vivir, trabajar y comer. Poder hablarle a todo el mundo sin que te miren como si fueras un asesino o algo peor, no sé si hay. Pero alzó los candiles azabaches que tenía, y sonrió de nuevo.
Entonces hable yo. Aquí tenemos papeles para decir que somos de aquí. Papeles para decir que tenemos que obedecer unas normas, por cohones. Para decir que el amor está sellado de por vida, no será el amor pues le llaman matrimonio, algunos de conveniencia. El amor no se empapela, pero bueno. Tenemos papeles bien enrolladitos para cuando terminamos de cagar, sí esos que has visto para cortarlos por todos sitios menos por los puntitos y hacer su trabajo en el moji. Los dedicados a establecer el matrimonio sirve para que al casarte te echen arroz y después todo sea paella.
O para que el tío le zumbe todo lo que quiere a su mujer porque está frustrado con algo o alguien y lo pague con ella, para eso es suya, cabronazo. Papeles para decir que eres un kamikaze a las manos de un coche que vuela rasante por las calles. Papeles para amarrar la voz del poeta, cuya voz tiene de compañera al aire. Qué sabrán. Lo atrevida que es la ignorancia. El poeta clama sus sentimientos para alimentar los sonidos de la naturaleza, no los enjauléis.
Pero bueno también sirve para doblarlos cuidadosamente, empaquetarlos de a diez en bolsitas, y ponerlos en las manos de los negros en los semáforos. A esto se rió a carcajada, pero todo eso es papel mojado. Por lo menos cuando llueve.
Vamos demos un paseo, te enseñaré este fantástico bosque dentro de la ciudad, hablaremos con personajes que tu conocerás mejor que yo, pero que seguro nos sirve para sentirnos mejor. Silosé, mira que Silosé.
Pues anda que Bluesman. Nos reímos los dos a carcajada, a ritmo celestial. Sin rencores, mientras nos adentrábamos en el bosque de enormes ficus.
En este enlace podéis pinchar si queréis seguir la publicación de los textos del libro SALPICADURAS .
Ya tenéis los dos primeros relatos completos,
pronto otro.¡BUUFF...QUÉ RATO!.POR UN OLVIDO.
con las ilustraciones de
José L. Martínez REBOTE.
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