miércoles, 14 de abril de 2010

Si Hubieramos Entendido. Serían 79.

Si Hubieramos Entendido.Serían 79.

Eran tres hermanos. El primero nació de padres jóvenes, fuertes. Fuerza que transmitieron a su hijo. También le traspasaron parte de sus cimentadas costumbres, pero carentes de ideas nuevas, no dedicaron tiempo suficiente a aprender, pues estaban ocupados en disfrutar de lo heredado, lo tenían todo hecho, siempre que no pensaran. Eso significaba problemas, para eso está dios.
El deseo hizo engendrar un segundo hijo, éste nacido en el equilibrio. Más experiencia. Más conocimientos de la existencia. Aunque unido todavía muy de cerca a las costumbres. Sin interés demasiado por innovar. Más moderado. Mediador. Escurridor del bulto. Esperanzado en tolerar, aunque fuera a costa de comer algunos días alimentos que no deseaba. Se decía, es el precio que hay que pagar para comer todos los días. Repartir lo bueno y lo malo, a partes las más iguales posibles. Ello le dio una complexión suficiente para mantenerse en tierra de nadie.
 Saltando de uno a otro lado. Camaleón nacido.
Las fuerzas se van agotando, el amor va creciendo. La experiencia había llenado de buenas intenciones las alforjas portadoras de sus sentimientos. Sus deseos de transmisión eran muy grandes, la vitalidad se fue esfumando. Así nació el tercer hijo. Todo él, bondad. Todo ideas rompedoras, apaciguadoras y llenas de fraternidad. Su salud en cambio carecía de la consistencia necesaria para soportar los envites de sus otros hermanos.

El primogénito por querer mantener lo establecido. Ningún derecho naciente repudia sus beneficios adquiridos para repartirlo con los otros. A menos que se le pudra la parte pensadora de la testa y no le quede más remedio que trasladar los pensamientos al otro órgano capaz de darnos vida, el corazón.

El segundo por su papel de observador, de voyeur. De cómplice de homicidio. Por dejadez de funciones. Por no tomar partido por su hermano débil. Su pequeño fraterno compañero de buenas intenciones. En cambio el primogénito es más fuerte. Enfrentarse a él es un suicidio. No ayudar al bien intencionado, pero indefenso impúber, será complicidad en asesinato.

Entonces las razones más convincentes. Si además no le ayudo, el mayor me dejará probar el pastel. Aunque tenga que tomarlo lejos de aquí. Lo siento pequeño. Estoy contigo. Te ayudaría. Pero mi miedo es superior a mi admiración por lo bien hecho. Mueras en paz. Yo no quise ayudarte. Mas me veré, en algún momento, a decir que te lo tenías merecido. Lo siento buen hermano. Pero aunque naciste lleno de buenas intenciones. Naciste enfermo. Perdóname, aunque no me lo merezca. Hoy hubieras cumplido 79.Felicidades.







En este enlace podéis pinchar si queréis seguir la publicación de los textos del libro SALPICADURAS .
Ya tenéis los cuatro primeros  relatos completos,
pronto el quinto.
MI SUEÑO...SE PIERDE EL TREN


con las ilustraciones de
José L. Martínez REBOTE.

2 comentarios:

  1. Pes qué decir. Nada, que feliz día en esta conmemoración de la República. Ya llegará. Aunque quizá no lo veamos.

    Un abrazo.

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  2. Igual nos conformemos
    no que la sintamos.

    un abrazo,León.Gracias.

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