El Retorno…
Arribando a orillas cercanas aparecieron primero sus velas. Síndromes y señales de humo que marcaban su retorno. Era esperado por todos. Lejanías dejadas en otro estadio, duro, que nos tocó vivir. Velados momentos de tristezas y desgarros. Marañas apoderadas de su cerebro, apartaron su alma del sendero de la verdad y el camino que su guía le indicó.
Desde su partida en la huida atormentada, en la marcha hacia delante. La búsqueda por ser perdonado, sin percatarse de que quien debía de hacer un giro en la decisión tomada era él.
Ángel envenenado de polvos mágicos, sucedáneo de vida, caballo contra jinete desbocado, la noche atormentando llegó.
Distrajiste tu mirada, cegada por la nebulosa creada por tales hierbas, aromáticas, enfermas de perdición, atractivas en la corta distancia, efímeras en el tiempo del desarrollo como persona.
Creías caminar sobre las aguas sin tener en cuenta la densidad del hombre sobre preciado fluido. Sin darte cuenta que soñar consciente es un proyecto. Dejarse llevar por la alucinación ficticia de unas especias, son sólo humo de pipa de incienso, puto milagro que no aparece. Engañaste tu ser y el nuestro.
En el horizonte parece atisbarse una luz de esperanza, una estrella en el firmamento se advierte, fijaste tus ojos en ella. Confianza plena en sus rasgos humanos pusiste, pusimos. Aunque depende del fragor de tu sustento y confianza, entrega sin menoscabo y capacidad de sacrificio podrá hacerte un hombre íntegro, contigo mismo. No hace falta que demuestres nada en los demás, sólo en tu interior. Y en su memoria, el que nunca te defraudó y te dejó en herencia la estirpe del guerrero. Tú que su cuerpo yacente, juraste no defraudarle. Oportunidad requerida, ahora de nuevo lograda, no la deseches. Los veleros llegan a puerto, lo observamos, nos dejamos maravillar por su despliegue de mantos prístinos que doblegarán el viento para surcar el mundo de los mundos reales y oníricos.
Aprovecha la buena nueva, nunca sabes cuando tu velero pasará y te dejará en tierra. Entregados se hicieron los propósitos. Nunca traiciones a quienes te aman, sería la mejor forma de cavar tu tumba en vida, la más dura existencia. Ser ninguneado por los que te importan. El velero ha retornado, las velas hinchadas cuán preñez de aire nuevo y de color está, aprovecha el viaje, mira la estrella, mira tu futuro, y piensa en él. Recuerda que siempre te está mirando.
A por ello, no te dejes vencer, no te rindas. Cuando sientas flaquear piensa en él, que lo dio todo, hasta el último suspiro, se lo debes. El caminante, su sombra y los que te quieren, siempre estarán a tu lado. Tú eres el que toma el velero de la leyenda del tiempo, respeta la palabra del viejo.
(El Caminante y su Sombra.En eLPAIS.LaComunidad.Aquí)
(El Caminante y su Sombra.En eLPAIS.LaComunidad.Aquí)
Preciosas palabras caminante,que corta y efímera es la vida y a veces como la complicamos,la crueldad y la frialdad de esta vida hacen a muchos aferrarse a un "sinsentido"que llenan de engañosa manera los vacios del alma y al final diré como decia un libro hindu que leí hace tiempo...." Apraketam Salilam Sarvam idam" (Todo esto era un océano de inconsciencia)Saludos y que los hados os sean favorables.....La Vampiresa.
ResponderEliminarEl retorno ha de ser engalanado
ResponderEliminarOportunidades debemos dar al llegar
Los nuevos veleros, desplegados al viento.
Es un grato placer, tu presencia entre mis humildes
Letras, Vampiresa…Cierto que los hados nos acompañaran
Al saber de tan grata compañía en el camino…Gracias.
La vida es tan corta como un abrir y cerrar de ojos Santiago, pero a veces es tan larga...
ResponderEliminarMi filosofia de vida es el momento, para que no sea ni corta ni larga, simplemente que sea.
Cuando el velero llegue a puerto llegará, no podemos luchar contra las corrientes...
Un saludo Santiago.
P.D.- Me has ganao del todo con Camaron y la leyenda del tiempo.
Llegados lo tomaremos
ResponderEliminarSus costuras deshechas
Hilvanaremos, carpinteros seremos
Cuando preparado esté navegaremos con él.
Importante saber abrir los brazos
Y recibir a quien viene, con brazos extendidos.
Monge mucho Monge, en el tiempo, siempre leyenda.
Gracias compañero Marin, un abrazo.