Entre tus Manos.
Siento tus dedos recorrer mi piel, ella responde como erizo defensivo, inhiesta las agujas protectoras ante la incertidumbre. Sabedora de ello, los haces bailar al ritmo de la melodía que hace girar el mundo, notas de la vida. Aprietas cuando debes y acaricias cuan sabedora eres de la delicadeza del instante.
Acaricias mi rostro con tu mirada brillante, iluminas mi existir, con cada sorbo de aire que me transmites. Me sabes buscar los elixires dentro de mi interior, los mismos que yo pierdo y no encuentro, esos que a veces me hacen grande y otras me hunden en la miseria más atroz. Eres exploradora de lupa en mano, para no dejarme escapar ni una mínima rendija donde me pueda cobijar ante el miedo. Me incitas a la fuerza, a la valentía, me llenas de grandeza, qué sería sin ti.
Aventuras y desventuras, corredurías ante tanta injusticia, debilidades ante tantas calamidades, humillaciones del cuerpo ante brutalidades fuera de nuestro alcance. Pero mi alma fortalecida por tu arenga, por tus vítores, por tus alabanzas, dios me quieres, dios me tendrás, mi afán será satisfacerte.
Tus manos premiarán mi ser, pues de ellas nacen mis asideros. Tus manos soga pueden ser, en cambio timoneles del barco que te entrego son. Marcas el parsimonioso caminar de un sendero trazado y compartido por tantos sabedores de la dirección hacia la verdad. Ella nos hará grandes. Y vuestras manos entregadas sin pedir nada a cambio servirán para formar la telaraña protectora de todo el necesitado. Es la cordada que nos llevará ala cima juntos, todos unidos en un solo sentimiento.
El verdadero desprendimiento hacia los otros en los momentos en que le vemos atrapados en el fondo de la ciénaga. Esa entrega de la vida a cambio de otra vida, en apariencia ajena y distante, nos hace merecedores del gran maná. De la promesa eterna de la Amistad. La prodigalidad de esos corazones que se caracterizan por su sensibilidad ante los faltos, se convierte en un trampolín que nos lanza al vacio sin red, porque tenemos la plena confianza en que esas manos estarán allí para recogernos.
Agradecido es el interior que se ve amueblado con tan preciado tesoro. Ínfimas son las muestras de posible acción ante tamaña ofrenda a un simple mortal.
Esas manos que ofrecieron un vals en el momento que deseabas bailar. Te dieron pan cuando necesitabas ser alimentado. Te agarraron con la fuerza del bárbaro para que nunca ella dudara, ni hiciera dudar lo más mínimo a vuestros espíritus, combativos al unísono. Te consiguieron sacar unas risas en el momento más triste, pues sabedoras de tus secretos, son capaces de encontrar tu punto justo y necesario momento.
Fantásticas manos, congratulations.
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