lunes, 17 de mayo de 2010

Trasplántame esta noche.

Trasplántame esta noche.







¿Las plantas sienten?, le preguntó en voz alta. Una de tantas preguntas que siempre le hace a su compañera. Ella hoy estaba más condescendiente que otros días, él notó una leve sonrisa.






Sintió que le decía, hoy pasearás con dos egregias muestras, contrapuntos en facetas complementarias. Una guarda tras un velo blanco, la otra sobre uno negro. La una mira a su alrededor, la otra su alrededor le mira. La una refleja el limpio cielo, la otra el ámbar transparente. Ambas han conocido tempestades, huracanes, tornados y la visita de la dama negra.






Las unen un sentimiento, lazo fuerte que desarrolla su energía en la verdad. Creen en un futuro incierto, sí. Pero un bello y armónico jardinero, cuyas manos sepan tratar las espinas de la rosa. Cuyo ojo sepa ver la llegada de la plaga, para elevar el antídoto antes que la enfermedad llegue y pueda dañarlas.






Jardinero experto que trataba tanto árboles gigantes, como bonsáis, fue su guía. Le encandiló con su muestra de arrestos desde su fatídico día, en que le señalaron la ardua tarea a recorrer. Le extirparon parte de su ser, miembro indispensable para cualquier zagal que comienza a luchar. Fatídico vigésimo día del cuarto, premonitoria fecha de vicisitudes. Marcaría el final de su creadora y el principio de una nueva extirpe. Él tuvo un rayo de sol y una fuente de luz que nunca le dejó caer en el pozo de la desesperación. Por ello quién mejor, para ser idolatrado, que el dios verdadero, el creador.






El bluesman escuchó tan preciada enseñanza de su compañera, no interrumpió su lección hasta comprender el alcance de la misma, y la aparición en escena de las plantas aludidas.






Un jardín lleno de color, de fantasía, de infinitas historias, de miles de matices,de pensamientos de múltiples colores les rodeaba, les creaba su hábitat perfecto.






Ambas de textura similar, cada una con sus secretos. Secretos muy hondos pero que se reflejan en el espejo de su alma. Este jardinero bluesman sabe de tocatas con trazas. Se curte del bien y del mal. No rechaza ni lo uno ni lo otro. Los ve pasar, los sufre, los analiza y aprende. Eso le permitirá entregar la cantidad de sol, de alimento, de podas, de trasplantes a tierras más fértiles, de hilarles mantos protectores sobre sus existencias delicadas merecedoras de un ulterior estadio mejor.






Hoy es el día del trasplante, hoy es cuando sembrarás la una al lado de la otra. Las dos se completan, se observan reticentes en lógica cautela, nunca antes compartieron un jardín. El jardinero lleva marcada la muesca de la placidez en el rostro. Y piensa, nunca, digo nunca permitiré que a esas perfectas estrellas donadas por el firmamento dejen de brillar en mi jardín.






Te enteraste Sombra. Compañera. Invisible cuando ha de serlo y esclarecedora en su preciso momento. Incondicional. Gracias.






La Sombra sonrió, le insinuó, nunca te reiré las gracias, te recordaré cuando te equivoques, cuan yerres. Los aciertos serán siempre tuyos, nunca haré alarde de ellos. Soy tu Amiga.






Y ese día quedará en los anales guardados entre los sentimientos grabados a fuego, dónde la eternidad juzgará.








En este enlace podéis pinchar si queréis seguir la publicación de los textos del libro SALPICADURAS .
Ya tenéis los cinco primeros  relatos completos,
pronto el sexto.
EL PILAR DE LA MEDIA LEGUA.


con las ilustraciones de
José L. Martínez REBOTE.









1 comentario:

  1. Porque siempre hay una luz, que sólo al principio ciega... un ligero deslumbrar para luego mostrar el brillo completo de aquel diamante en el que se reflecta y alarga la sombra hasta el mismo infinito donde mejor se comprende, a tus pies cosida te contará siempre de las verdades que a veces olvidas... mil besos Santiado, sabia humildad que aun más te agranda.

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