viernes, 12 de marzo de 2010

Él Estuvo Aquí.

Él Estuvo Aquí.

Se fue a dormir, con la agitación aún en su pecho. La obra que había terminado de engullir. Sí engullir, pues se sentó en la mañana, y en la madrugada decidió pasarse a la cama, con el único sustento, el acompañante perfecto para estos menesteres, mucho café. De un tirón había vivido en su mente aquella historia tenebrosa, de amor y odio. De un ser enamorado y sensible, tanto como repudiado por los demás, por la desfiguración que mostraba su rostro. Bueno no mostraba, pues se cuidaba de esconderlo detrás de una máscara, cuando en la protección ofrecida por las sombras de la noche, se atrevía a salir.

Desde el accidente nunca más fue capaz de mostrar aquel rostro frente a otro humano. Pero el amor de ella, le pudo. Y se encaprichó con hacer que se lo mostrara. No tanto por verlo, como después se demostró, como por vencer en las reyertas del corazón. En todo no vamos a ser el sexo débil, se decía la muy sátira.

Agotada, con los ojos como platos acuchillados, dejó el mamotreto aquel. Lo miró, se dijo, cuando me engancha es que lo vivo, un escalofrío recorrió su cuerpo.

Ni he comido siquiera, café y más café, he de dejarlo, si no el médico va a tener una excusa, cuando me lleven con yuyu dado. Bueno no más, pienso tonterías, me lavo los dientes y me duermo un rato, que vaya día, hoy solamente esos pobres diablos, pensó refiriéndose a los personajes de la novela.

El amor incondicional de él, la utilización correspondiente de ella. Pues él después se sintió utilizado. Pero ella se enamoró apasionadamente de un hombre con máscara, no del monstruo descubierto por dar rienda a su provocadora sed de descubrimiento.

El sueño apareció pronto, tan rápido que no dejó salir al hombre de la máscara. Se quedó atrapado en su ahora vida onírica. Su amante no estaba, ella la sustituía. Y el hombre de la máscara por tanto, que iba a hacer, la sedujo. Le hizo el amor, ella disfrutó como envidiaba en sus amigas. Pero el peso de culpa de estar engañando a la amante novelesca, hizo que el placer se tornara en llanto. Y el hombre de la máscara comenzó a gritar, ¡quieres ver mi rostro!, seguro que quieres verlo, maldita pécora, eres como todas. Siempre queréis más. Justo cuando se sacaba la máscara y su rostro iba hacer acto de presencia, se despertó empapada en sudor. La sonrisa le volvió al rostro. Miró el mamotreto encima de la mesilla de noche. Pensó, vuelve a tu libro, hombre enmascarado que ya te estabas pasando.
Al recostarse de nuevo, se llevó la mano a la entrepierna, estaba chorreando. Será posible, es la primera vez que me pasa, se dijo. Bueno no ha estado mal, a pesar del susto final. Pero esta noche, ya vale eh, dijo en voz alta. Mirando el libro, encima de la mesita de noche.

5 comentarios:

  1. Sueños, sueños son los que se hacen realidad, y en sus lineas aprendemos que hay mas realidad que sueños.Nunca es tarde para volver a empezar, la historia de amor se repite todo llega a su final cuando nos damos cuenta y sbemos distinguir el sueño de la realidad.
    Saludos de ensueño.

    ResponderEliminar
  2. LA FEA de la clase13 de marzo de 2010, 0:31

    Me gustaria plantearos la siguiente pregunta: condiciona el fisico a la hora de interactuar con los demas? es decir, tengo mas posibilidades de tener amigos o pareja si soy 'atractiva'? la mayoria de las personas con fs se sienten muy acomplejadas con su aspecto (yo soy una de ellas, de hecho, y eso ha repercutido en que tenga escasas relaciones de amistad, muy a mi pesar), y en mi opinion es mas feo el que se cree que lo es, que el que realmente lo es y posee una mayor autoestima... no hay manera de mejorar este concepto de nosotros mismos? ademas, por que la mayoria de las personas rechaza a primer golpe de vista a esa persona que no concuerda con los canones de belleza preestablecidos que nos mete esta sociedad de mierda? la belleza es tan importante? yo al menos no lo juzgo como un parametro muy importante...

    ResponderEliminar
  3. Los sueños si queremos
    pueden guiarnos
    en la consecución
    de la realidad.
    Y es más fácil hacerlos
    reales si son parte de nuestros sueños.

    Un mordiente,Roma

    ResponderEliminar
  4. No se es fea por fuera
    si se es bella por dentro.
    Y quien debe creerlo es la persona
    en sí misma,
    ello facilitará tus relaciones y
    quien busque un bello envoltorio
    que se vaya alcorteinglés, cjns.

    Un abrazo, bella de la clase interior.

    ResponderEliminar
  5. "Desde el accidente nunca más fue capaz de mostrar aquel rostro frente a otro humano. Pensó, vuelve a tu libro, hombre enmascarado que ya te estabas pasando.". Wow...! Excelente relato en el que cada una de las letras danzan con gran estilo convincente para que su lectora estuviera más y más sumida en esta narrativa de tal manera que vivió como si fuese narrador protagonista. Felicidades poeta Santiago Pablo Romero por saber llevar la narrativa con gran carisma e inteligencia creadora, dando vida al narrador cual si fuera el vivo retrato de la realidad en el instante convertido en un siempre...!! Te auguro Best Seller en una novela obra de tu creatividad blues...!!

    ResponderEliminar